El secreto de la vainilla

te lo debía

Para Héctor.

La primera vez que leí su título no me convenció. No parecía la presentación de la novela, cuyo argumento conocía desde antes de que se empezara a escribir.

El autor comienza explicando la necesidad de la danza de la abeja recolectora para la supervivencia del resto de la colmena,  uniéndola a la importancia de ese primer momento, en el que dos miradas se cruzan y la vida vuelve a tener sentido. La manera de expresarlo, de comparar el baile de los insectos con el revoleteo de un estómago al chocar con esos ojos, exterioriza el verdadero sentimiento del amor.  

La importancia de que las abejas bailen continúa con una presentación de sus personajes, todos tienen ese toque especial de una familia de apicultores, quienes dependen de la miel, fabricada en las colmenas, para subsistir. Aquí comienza el principal argumento de la historia. El autor vuelve a hacer uso de la metáfora. Esta vez, aprovecha la escasez de recolecta (porque las abejas no recuerdan su coreografía), para cotejarla con el valor que, descubre la protagonista, tiene ese encuentro para siempre. Su vida cambia a partir de ese instante y el escritor lo plasma con la falta de palabras y el nerviosismo de ella, que «sólo acertó a agachar la cabeza, tímidamente».

La historia de amor entre los dos personajes principales, gracias al revoloteo que despierta él en la colmena, y en la vida de ella, surge sin meditarlo, sin reparar en acontecimientos que suceden mientras ellos estan juntos. Por eso la narración se centra en esos breves momentos, y las palabras utilizadas para describirlos introducen al lector en el lugar escogido (un rinconcito del norte de Extremadura) para hacer bailar de nuevo las abejas de él y por primera vez las de ella.

Pero los impedimentos para esta relación aparecen en el relato y el autor utiliza el símil de abejas y sentimientos, una vez más, para dejar abierto el final a una historia a la que, quizá, nunca le ha llegado.

 La obra y el autor:

 http://literaria.algaida.es/cgi-bin/index.pl?opcion=busqueda_rapida&coleccion=&anio=&tit_aut=abejas

 Su banda sonora:

En tu silencio habita el mío
y en alguna parte de mi cuerpo habitó
un trozo de tu olor.

Que el aire es de cristal,
que puede estallar,
que aunque mis labios no hablen,
te quiero devorar.

Ahora estoy aquí,
abrázame para que piense alguna vez en ti.

25 enero 2008 Posted by | mis cosas, Uncategorized | 3 comentarios